Tras las vaciones de Semana Santa, volvimos con ganas de turismo rural, y así lo hicimos. Nos fuimos de excursión a una ruta de senderismo en la que visitamos la Garganta de los Infiernos, en el Valle del Jerte.
La experiencia fue preciosa, porque con toda la lluvia que ha caido en estos días, el agua emanaba por todos los lados.
Además visitamos una piscifactoría de salmonidos, en la que muchos pudieron tocar una trucha viva.
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